LA MADRE
Madre, mundo abstracto de virtuosos sentimientos
Con mirada iluminada en inocentes pensamientos
Con sonrisa clave de la melodiosa felicidad
Y con palabras dignas de complaciente sinceridad
Madre, consuelo ante mi tristeza
Con caricias calmantes de pureza
Con sus brazos de abrigo ante mi soledad
Apacigua este corazón con su armoniosa bondad
Oh Madre, conquistadora de mi alegría
Me consuela con su cariño cada día
Fiel rival de mi incesante dolor
Y alberge de este apasionado amor
Madre, por mi culpa tus ojos ya no ven con color
Por mi culpa, te e arrebatado aquel mirar halagador
Por mi culpa, hoy tu cabello viste de color paz
Y el tiempo ya se nota en tu triste antifaz
Oh Madre, perdóname por aquel envejecer
Ante ti me arrodillo, en este templado atardecer
Veras que ante tanto arrepentimiento llorare
Y ante tu acompañante perdón, a tu lado sonreiré
Madre, tus sinceras caricias apaciguan mi vivir
Tus acompañantes besos acarician mi alma
Gracias le doy a la vida por llegar a tu existir
Hoy te abrigare y te acariciare con el calor de mi palma
Madre, tu niñez aun vive en tu susurro
Tus manos débiles aun iluminan lo oscuro
Tu sonreír para mi va mas allá de un sentir
Tu felicidad aumenta en mi alma mi subsistir
Oh Madre, tu suspiro encamina mi amanecer
Hoy contigo vivo en tu semblante atardecer
Me proyecto a ver en tu rostro el duro anochecer
Mientras lloro al saber que llegara el odioso perecer
Oh Madre, el despertar de tu sensible flor y calor
Se siente en cada beso con tus labios llenos de amor
Oh Mujer del cielo, contempladora de un bello esclarecer
Ilumina mi camino hacia el sentir de nunca verla fallecer
Madre, estas líneas son para tu eterno descansar
Son para expresar tu futura partida, con mi perpetuo pesar
Ahora solo quiero a tu lado poder reposar
Y mañana despertar con tu placentero cobijar
JOSE RICARDO VELIZ MEDINA
DEDICADO A: SUSANA MEDINA Y REYNA CHACALIAZA